REBƎLDES en el AULA

a young boy sitting on top of a large rock

“10 cosas que puedes hacer cuando tu hijo empieza a odiar el cole”.

Cómo detectar señales, intervenir sin traicionar su confianza… y no caer en el bucle del “es por su bien”.

GUÍAS PARA MADRES (PE-)LEONASRECURSOS

A veces no lo dice con palabras.
Pero lo ves en la cara al levantarse, en los silencios cuando vuelve del colegio, en cómo cambia su humor.

No lo odia todo, odia sentirse incomprendido.
Y tú, que lo conoces mejor que nadie, ya estás sintiendo que algo no va bien.

🔟 10 cosas que puedes hacer cuando tu hijo empieza a odiar el cole

  1. Escúchale sin interrogar
    Déjale hablar a su ritmo. A veces las pistas llegan en una frase suelta, no en una confesión.

  2. No minimices lo que siente
    No es “una tontería”, no es “normal en su edad”. Si le duele, importa.

  3. Revisa lo que pasa en clase
    Un nuevo tutor, una dinámica injusta, una humillación sutil... a menudo el detonante está ahí.

  4. Evita frases como “es por tu bien” o “todos pasamos por esto”
    Esas frases cierran el canal. Y tú necesitas que siga hablando.

  5. Pide reunión, pero no improvises
    Lleva anotado lo que observas. Sé firme sin disculparte. Tu hijo necesita una aliada, no una mediadora neutra.

  6. Cuida su autoestima más que sus deberes
    Las fichas se recuperan. La confianza, no tanto.

  7. Enséñale a nombrar lo que le pasa
    No tiene que ser con etiquetas. Basta con que pueda decir “me siento mal cuando…” sin miedo.

  8. No conviertas el colegio en tema único en casa
    Necesita saber que es mucho más que sus notas o su comportamiento en el aula.

  9. Crea una red: otras madres, exalumnos, un orientador
    A veces tú sola no lo ves todo. Otras voces ayudan a hacer foco.

  10. Recuerda que no estás sola, aunque el sistema quiera que lo creas
    Si tu hijo empieza a odiar el cole, no estás fracasando. Estás despertando.

A veces, cambiar de cole no es huir. Es proteger.
Y a veces, resistir dentro también es luchar.
Pero
rendirse nunca es una opción.

“Y si no te lo cuenta…”

Hay niños que lo expresan todo: lloran, gritan, se niegan a ir.
Y aunque es duro, al menos sabes por dónde tirar.

Y hay otros que callan.
Se tragan el miedo, el aburrimiento o el dolor.
Te enteras por un dibujo, un comentario suelto, o porque otra madre te dice que su hijo le ha contado algo del tuyo.

Ambos necesitan lo mismo:
una persona que mire de verdad, y no se conforme con lo que el sistema considera “normal”.